La construcción de acero proporciona los edificios más sostenibles y económicos, representando el uso más eficiente de los recursos. Esta longevidad combinada con el valor inherente de un activo que puede ser reciclado o reutilizado al final de su vida útil significa que el acero no es un costo, es una inversión.

Las secciones de acero ligero están protegidas de la corrosión por un recubrimiento continuo de zinc por inmersión en caliente, y las propiedades naturales del acero impiden que se encoja, deforme o cambie de forma.

El acero galvanizado no sufre deterioro fúngico o biológico y no es susceptible a la infestación de insectos. 

El acero como material es sostenible por una serie de razones:

 

El desarrollo de aceros de mayor resistencia significa que las estructuras LSF se construyen con menos acero. Menos acero reduce el carbono inicial, no solo del propio material, sino también reducciones en el peso del transporte, la construcción y el peso de la fundación.

 

Construcción con un material como LSF que requiere poco o cero mantenimiento, y puede cumplir con los requisitos de vida útil del diseño dentro de tres cifras, lo que significa que la utilización del recurso se maximiza.

 

La durabilidad y adaptabilidad del acero permite:

• Modificación y adaptación de edificios existentes 

Reutilización del acero al final de su uso inicial

• Desconstrucción y “remanufacturación” del acero para otro propósito

El acero que no se reutiliza en la construcción puede ser reutilizado para formar otro producto de acero.

 

Muchos de los subproductos del proceso de fabricación de acero se pueden utilizar en otros procesos o industrias, lo que reduce significativamente el desperdicio.